Fabio Morábito (Alexandria, 1955)

A fuerza de mudarme
he aprendido a no pegar
los muebles a los muros,
a no clavar muy hondo,
a atornillar solo lo justo.
He aprendido a respetar las huellas
de los viejos inquilinos:
un clavo, una moldura,
una pequeña ménsula,
que dejo en su lugar
aunque me estorben.
Algunas manchas las heredo
sin limpiarlas,
entro en la nueva casa
tratando de entender,
es más,
viendo por dónde habré de irme.
Dejo que la mudanza
se disuelva como una fiebre,
como una costra que se cae,
no quiero hacer ruido.
Porque los viejos inquilinos
nunca mueren.
Cuando nos vamos,
cuando dejamos otra vez
los muros como los tuvimos,
siempre queda algún clavo de ellos
en un rincón
o un estropicio
que no supimos resolver.

 

No és el primer cop que recomanem la poesia de Fabio Morábito. Aquest autor, nascut a Egipte de pares italians, va passar la seva infantesa a Milà i als quinze anys va anar a viure a Mèxic, on resideix des de llavors. La seva llengua materna és l’italià però escriu en espanyol, i ha esdevingut un dels grans poetes hispans. No només es limita a escriure poesia: també ha publicat contes i és traductor. Arrel de la publicació del seu llibre “Delante de un prado una vaca” l’any 2014, Morábito definia així la poesia en una entrevista a El País: “La poesía no es sinónimo de lentitud, como muchos creen. Es el atajo lingüístico por excelencia. Por eso los poemas suelen ser breves, un acelerador de partículas que permite saltar sobre muchas cosas e ir directos al grano. El poeta es un velocista”. Una bona raó de pes per continuar llegint poesia en aquests temps en què cada cop estem més connectats, en què cada cop esdevenim més impacients.

 


Secció realitzada per la poeta Anna Garcia Garay

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