Toni Quero (Sabadell, 1978)

Ya no es posible viajar a lugares remotos,
entendedme bien, no soy un aventurero,
hablo de encender el ordenador
y encontrar cartografiado
cualquier accidente geográfico:
el relieve de aquel albergue de montaña
donde el granizo maltrataba las tejas
o el desnivel de esa calle cerrada
donde nos refugiábamos al caer el día.
Ahora el mundo no muere en aquella esquina.

Hoy puedo ver los muros de tu casa,
que también fue la mía,
quién sabe si aún no estaremos dentro,
pero no puedo penetrar en ella,
ni en los rincones que habitamos.

Tal vez deslizando el cursor por la ventana
acceda de nuevo a aquellas vidas,
en la que era incapaz de separar nuestros libros
y tus latidos alteraban las señales de radiofrecuencia,
para trazar minucioso los mismos planos:
el edificio de enfrente mantendrá el andamio,
las obras del colector permanecerán inacabadas
y al anochecer, cuando invadas sonriente
mi lado de la cama, saldré a sabotearlas,
porque mientras duren
nada de esto habrá ocurrido.

Cartografiar la nostàlgia deu ser això: resseguir els escenaris del passat i apamar novament els records per comprovar que encara encaixen en aquell espai que la memòria ha mantingut intacte. Mirar enrere és un exercici interessant sempre que no et quedis massa estona en l’ahir. Saber d’on véns és vital per entendre el propi present, però també s’ha de tirar endavant. El poeta sabadellenc Toni Quero ens parla de tot això en aquest gran poema del seu llibre ‘El cielo y la nada’ (Castalia Ediciones, 2019), tot emprant una eina tan actual com Google Maps per fer-nos viatjar en el temps. Bon voyage.

Secció realitzada per la poeta Anna Garcia Garay
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